Investigadores del Instituto de Ciencias Weizmann han descubierto que las bacterias del suelo juegan un papel crucial en ayudar a los cipreses a sobrevivir a la sequía, ofreciendo una perspectiva valiosa sobre la cooperación entre árboles y microorganismos.
Un estudio reciente realizado por el Departamento de Ciencias Vegetales del Instituto de Ciencias Weizmann ha revelado que las bacterias beneficiosas del suelo pueden ser aliadas inesperadas en la lucha de los cipreses contra la sequía. Este hallazgo ofrece una visión novedosa de la cooperación simbiótica entre árboles y microorganismos, con implicaciones importantes para la ecología forestal y la gestión de bosques en condiciones extremas.
El verano de 2022 fue uno de los más secos en muchas partes del mundo, aumentando la urgencia de encontrar mecanismos que permitan a los árboles sobrevivir a condiciones de sequía prolongada. En este contexto, el Dr. Tamir Klein, líder del equipo de investigación, destaca la importancia de entender cómo los árboles, como los cipreses, pueden recibir apoyo de las bacterias del suelo para enfrentar estos desafíos climáticos.
En el estudio, dirigido por la microbióloga Yaara Oppenheimer-Shaanan, los investigadores cultivaron plantones de cipreses en un invernadero, dividiéndolos en dos grupos: uno con riego regular y otro sin agua. A cada grupo se le expuso a bacterias del suelo recolectadas del bosque Harel. Los científicos examinaron cómo las bacterias influían en las interacciones entre las raíces de los cipreses y su entorno, utilizando técnicas avanzadas de microbiología, fisiología vegetal y química orgánica.
Los resultados mostraron que los cipreses expuestos a las bacterias tenían tasas de secreción de raíces más altas, incluso en condiciones de sequía. Estas secreciones, que incluyen compuestos como ácidos fenólicos y orgánicos, no solo proporcionan nutrientes a las bacterias, sino que también mejoran la salud de los árboles al ayudarles a mantener la disponibilidad de fósforo en el suelo.
Oppenheimer-Shaanan explica que las secreciones de las raíces actuaron como una fuente de alimento para las bacterias, estimulando su crecimiento y fortaleciendo la cooperación entre ambos organismos. Además, el estudio reveló que esta relación simbiótica compensó la reducción en los niveles de nutrientes en el follaje de los cipreses sometidos a sequía.
El Dr. Klein espera que estos hallazgos amplíen nuestro entendimiento sobre la ecología forestal y resalten la compleja red de interacciones entre árboles y microorganismos. A nivel práctico, los investigadores sugieren que la introducción de bacterias específicas en suelos afectados por sequías podría mejorar la salud de los árboles y aumentar la resiliencia ecológica de los bosques.
El siguiente paso en la investigación es identificar qué bacterias específicas benefician a qué árboles y cómo optimizar estas interacciones para apoyar la salud forestal en un futuro marcado por el cambio climático.
Este estudio no solo ofrece nuevas perspectivas sobre la cooperación entre plantas y microorganismos, sino que también abre nuevas vías para la gestión y conservación de nuestros bosques en tiempos de estrés ambiental.