
Investigadores revelan la complejidad del lenguaje de las cachalotes, equiparándolo con la fonética humana y desafiando concepciones lingüísticas previas. Este hallazgo podría arrojar luz sobre la comprensión de la comunicación con civilizaciones alienígenas.
Desde hace seis décadas, el enigma del canto de las ballenas ha intrigado a la comunidad científica. Recientemente, un estudio publicado en la revista Nature Communications ha dado un paso significativo hacia la comprensión de este fenómeno. Según los hallazgos, estos mamíferos marinos emplean secuencias de chasquidos para comunicarse, estructurando un sistema lingüístico complejo, denominado «el alfabeto fonético de los cachalotes».
El estudio, liderado por biólogos marinos e informáticos, revela que las cachalotes no emiten comunicaciones aleatorias ni simplistas, sino que sus interacciones están estructuradas de manera compleja y combinatoria. Shane Gero, biólogo marino de Carleton University, destacó la similitud entre el lenguaje de las ballenas y la fonética humana, lo que ha transformado el enfoque de las investigaciones futuras en este campo.
El análisis, basado en el estudio de aproximadamente 9.000 codas de cachalotes, reveló patrones sorprendentes en su comunicación. Estos mamíferos pueden combinar y modular diferentes chasquidos y ritmos para crear vocalizaciones complejas, adaptando su estructura lingüística al contexto conversacional. Este descubrimiento desafía la noción previa de que la comunicación compleja es exclusiva de los humanos.
El paralelismo entre el estudio de la comunicación de las ballenas y un hipotético contacto con civilizaciones extraterrestres ha generado un debate intrigante. Pratyusha Sharma, estudiante de informática del MIT, señala que entender la comunicación de una especie con protocolos distintos podría ofrecer pistas sobre cómo comunicarnos con formas de vida alienígenas. Este estudio no solo busca enseñar a los animales un subconjunto del lenguaje humano, sino descifrar un sistema de comunicación que ha evolucionado dentro de sus propias limitaciones biológicas y ambientales.
En última instancia, este descubrimiento podría allanar el camino para entender cómo podríamos comunicarnos con civilizaciones alienígenas, proporcionando ideas para desarrollar algoritmos o sistemas que puedan comprender formas de comunicación completamente desconocidas. El estudio de las cachalotes no solo nos acerca a la comprensión de nuestro propio entorno natural, sino que también abre las puertas a un fascinante universo de posibilidades intergalácticas.