El cartucho de gas pimienta utilizado por la Policía durante la represión de jubilados cuesta más que lo que cobran de haber mínimo. La contradicción expone la grave crisis previsional que sufren los adultos mayores en Argentina.
En una nueva jornada de represión frente al Congreso, la Policía Federal utilizó gas pimienta para dispersar a jubilados que protestaban contra el veto del presidente Javier Milei a la reforma previsional. En medio de esta situación, un dato ha generado indignación: el costo del gas pimienta empleado por las fuerzas de seguridad supera la jubilación mínima que perciben los manifestantes.
El gas pimienta Mk-9 Mangum 369gr Level 2 Cts Oc, importado desde Estados Unidos y utilizado desde febrero por las fuerzas de seguridad bajo la dirección de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, tiene un precio de 250 mil pesos en el mercado. En contraste, la jubilación mínima que cobran más de 5 millones de adultos mayores en Argentina es de 234.540 pesos mensuales, lo que pone en evidencia el desfasaje entre el costo de los elementos represivos y los ingresos de los jubilados.
La plataforma de comercio electrónico Mercado Libre, visitada recientemente por el presidente Milei, ofrece este gas pimienta por 250.470 pesos, lo que lo coloca por encima del ingreso mínimo que percibe un jubilado. Este contraste resalta la gravedad de la crisis previsional en Argentina, que ha visto cómo las pensiones han caído en términos reales.
En septiembre de 2024, las jubilaciones se incrementaron un 4,03% debido a la inflación de julio, situando la jubilación mínima en 234.540 pesos. Aunque se mantiene el bono compensatorio de 70 mil pesos, lo que eleva el ingreso a 304.540 pesos para los haberes más bajos, esto representa una caída del 24,22% en términos reales respecto a septiembre de 2023, y del 19,21% desde diciembre de ese año.
Los jubilados que perciben más de la mínima no reciben el bono compensatorio, por lo que la caída de sus ingresos en términos reales es del 16,95% interanual, y del 5,40% desde diciembre. Estas cifras demuestran que, a pesar de los ajustes, los jubilados continúan perdiendo poder adquisitivo frente a una inflación implacable.
Según el Frente Renovador, para que el haber mínimo se mantuviera en los niveles de septiembre de 2023, el bono debería ser de 170 mil pesos. Sin embargo, con los 50 mil pesos adicionales propuestos, las jubilaciones mínimas apenas se acercarían a los valores de hace un año, lo que sigue dejando a los adultos mayores en una situación crítica.
En términos de dólares, la situación es igual de alarmante. Si se ajusta la jubilación mínima por la inflación en dólares, que fue del 68% entre diciembre de 2023 y septiembre de 2024, el haber mínimo ha pasado de ser 267,39 dólares a 236,26 dólares, una caída real del 11,54%.
Aunque el nuevo sistema de actualización de haberes ajusta las jubilaciones según el Índice de Precios al Consumidor (IPC), el veto de la reforma previsional impide que los jubilados recuperen parte de lo perdido por la inflación acumulada. La ley sancionada por el Congreso, que fue vetada por Milei, proponía un incremento adicional del 20,6% en línea con la inflación de enero de 2024 y una cláusula para que los jubilados recibieran un porcentaje extra si los salarios crecían más que la inflación.
Con más de 5 millones de jubilados y pensionados bajo la línea de pobreza, según datos de la Defensoría de la Tercera Edad, el veto presidencial agrava aún más la situación de un sector que ya depende del apoyo familiar para subsistir. Mientras los jubilados ven cómo sus haberes se erosionan, las imágenes de la represión en el Congreso han encendido aún más el debate sobre la falta de medidas para proteger a los adultos mayores en un contexto de crisis económica.
 
								 
 
							 
							