El lado oscuro de la pesca China en Argentina: Amenazas y desafíos

En este momento estás viendo El lado oscuro de la pesca China en Argentina: Amenazas y desafíos
  • Categoría de la entrada:Ciencia / Divulgación
  • Tiempo de lectura:4 minutos de lectura

La pesca china en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) argentina representa una amenaza significativa para la economía local y el ecosistema marino, con prácticas que desafían la legalidad y la sostenibilidad.

En la rica Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Argentina, una amenaza creciente está poniendo en peligro tanto la economía local como el frágil equilibrio del ecosistema marino: la presencia de la flota pesquera china. Esta flota, que opera al límite de la legalidad y a menudo cruzando fronteras legales, está causando daños significativos en las aguas argentinas, conocida por su abundancia de calamar y otros recursos marinos.

Argentina posee una de las ZEE más ricas del mundo, famosa por su abundancia de calamar (Illex argentinus), un recurso clave para la industria pesquera. La flota china, con entre 350 y 500 barcos operando en la región, ha intensificado la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR), causando pérdidas económicas que se estiman entre 1.000 y 2.000 millones de dólares anuales para el país. La Armada Argentina ha tenido que expulsar a 11 barcos chinos desde 2010 por sospecha de pesca ilegal. China, con una flota de más de 6.000 barcos, lidera la pesca mundial, triplicando a su competidor más cercano.

La pesca china en Argentina no se limita a la pesca ilegal; también involucra tácticas complejas para operar bajo un marco legal. Según Milko Schwartzman, especialista en conservación marina, las empresas chinas obtienen permisos a través de firmas locales o compran permisos de empresas argentinas. Aunque estos barcos operan bajo bandera argentina, son controlados por tripulaciones chinas, violando la ley nacional que exige que la tripulación sea argentina. Esto no solo pone en duda la soberanía argentina sobre sus aguas, sino que también crea una competencia desleal para las flotas locales.

La presencia de barcos chinos y sus prácticas pesqueras impactan negativamente en las comunidades costeras y en el ecosistema marino. La sobreexplotación, el uso de artes de pesca prohibidos y la explotación de mano de obra casi esclava deterioran la salud del caladero, afectando a las empresas locales y a las comunidades que dependen de la pesca. La competencia desleal, respaldada por subsidios y prácticas laborales cuestionables, obliga a las flotas locales a competir con precios artificialmente bajos, poniendo en riesgo su viabilidad.

La falta de transparencia en la gestión de la pesca marina en Argentina es un problema crítico. Casos como el del buque chino Lu Yan Yuan Yu 10, capturado en 2016 por pescar ilegalmente, ilustran la falta de sanciones efectivas y la opacidad en la gestión de estos incidentes. Schwartzman destaca que el Gobierno argentino no ha manejado adecuadamente las relaciones diplomáticas con China ni ha tomado una posición firme sobre el problema. Los acuerdos secretos con China sobre la conservación de recursos marinos, firmados sin transparencia, han suscitado críticas.

Aunque Argentina ha intensificado el patrullaje y aumentado las multas, estas medidas han mostrado resultados limitados. Schwartzman señala que la respuesta se centra en la seguridad en lugar de abordar las cuestiones diplomáticas y de gestión fuera de la ZEE. A nivel global, se están desarrollando acuerdos como el de biodiversidad marina de la ONU y el de prohibición de subsidios a la pesca ilegal, que aún requieren ratificaciones para entrar en vigor. Además, Schwartzman propone un acuerdo regional entre Argentina, Brasil y Uruguay para conservar los recursos marinos en el Atlántico Sur.

La sobrepesca por parte de la flota china no solo amenaza la sostenibilidad de la pesca, sino que altera la cadena alimentaria marina, poniendo en riesgo el equilibrio del ecosistema en el Atlántico Sur. Para abordar estos desafíos, es fundamental mejorar la transparencia en la explotación de recursos marinos y tomar medidas efectivas para regular y supervisar las actividades pesqueras. Como concluye Schwartzman, es crucial que Argentina garantice una gestión transparente y efectiva de sus recursos marinos, ya que estos pertenecen a todos los argentinos y su protección es vital para el futuro de la pesca y el ecosistema.