Es comúnmente aceptado que las plantas, mediante el proceso de fotosíntesis, generan el oxígeno que respiramos. Sin embargo, si analizamos detenidamente, descubriremos que la contribución directa de las plantas a la cantidad total de oxígeno en la atmósfera es sorprendentemente pequeña.
La Eficiencia Fotosintética: Árboles vs. Plantas Herbáceas
Aunque los árboles son conocidos por su capacidad de retener carbono, su eficiencia en la producción de oxígeno es menor de lo que se asume comúnmente. Esto se debe a que gran parte de un árbol está compuesta por estructuras no fotosintéticas como raíces, tronco y ramas. Además, incluso los tejidos vivos de un árbol consumen oxígeno a través de la respiración. Comparativamente, las plantas herbáceas, que también fotosintetizan a través de sus tallos verdes, pueden ser más eficientes en términos fotosintéticos cuando se equilibra la biomasa.
Algas: los Verdaderos Productores de Oxígeno
Las algas, en particular las algas unicelulares o filamentosas, son incluso más eficientes en la producción de oxígeno que las plantas terrestres. Cada célula de estas algas es fotosintética, lo que significa que la eficiencia en la producción de oxígeno es mucho mayor que en las plantas terrestres.
Ecosistemas Acuáticos: un Balance Positivo
A diferencia de los ecosistemas terrestres, donde el balance neto de oxígeno es relativamente bajo, en los ecosistemas acuáticos, el balance es positivo. Microorganismos fotosintéticos acuáticos, como las algas, son responsables de hasta un 85% del oxígeno liberado anualmente a la atmósfera.
El Rol Fundamental de los Microorganismos Prehistóricos
Aunque las plantas y algas modernas contribuyen a la producción de oxígeno, no son las principales responsables de la gran concentración de oxígeno en la atmósfera actual. Este legado proviene de microorganismos fotosintéticos prehistóricos que comenzaron a fotosintetizar hace aproximadamente 2800 millones de años.
El Legado de la Producción Masiva de Oxígeno
Hace alrededor de 850 millones de años, estos microorganismos saturaron los sumideros naturales de oxígeno, lo que llevó al gas a acumularse en la atmósfera. Desde entonces, el oxígeno en la atmósfera ha permanecido en concentraciones relativamente estables, con fluctuaciones menores. El 21% de oxígeno que actualmente disfrutamos es en su mayoría un legado de esa producción masiva hace entre 540 y 850 millones de años.
Conclusión: Respiramos Oxígeno Prehistórico
Aunque las plantas y algas actuales contribuyen al oxígeno en la atmósfera, el oxígeno que respiramos proviene principalmente de la producción prehistórica de microorganismos fotosintéticos. Este legado es un recordatorio del papel fundamental que juegan estos organismos en el equilibrio de la vida en la Tierra.