El campeón olímpico de BMX se refirió con ironía a los festejos de Gonzalo Peillat, quien anotó contra Argentina jugando para Alemania. Torres también fue objeto de críticas por su encuentro con el presidente Milei.
El reciente enfrentamiento entre Los Leones y Alemania en los cuartos de final de hockey masculino no solo dejó a los argentinos fuera de la competencia, sino que también encendió una fuerte controversia. Gonzalo Peillat, exjugador de la selección argentina y actual defensor del equipo alemán, desató la furia de los fanáticos con un efusivo grito de gol, lo que fue visto como una traición por muchos, dada su historia con el equipo nacional. Peillat, quien dejó la selección argentina en 2019 debido a «mal manejo» dentro del hockey local, se unió al equipo alemán tras recibir una oferta mientras jugaba en el Manheimer HC.
En medio de esta controversia, Maligno Torres, reciente ganador de la única medalla de oro argentina en los Juegos Olímpicos de París en BMX Freestyle, se sumó a la discusión con un comentario irónico. Durante una entrevista con América TV, Torres dijo entre risas que “hay que golpearlo”, refiriéndose a Peillat, lo que generó revuelo tanto en redes sociales como en medios de comunicación. A pesar del tono jocoso, sus palabras reflejaron el descontento de muchos con la actitud de Peillat.
El propio Torres también enfrentó críticas luego de su encuentro con el presidente Javier Milei en la Casa Rosada. La recepción, que incluyó un abrazo y felicitaciones del mandatario, fue cuestionada debido a los recientes recortes propuestos por Milei en el ámbito deportivo y la función pública. Durante la visita, Torres mostró su medalla de oro, obtenida en los jardines del Trocadero en París, y destacó la importancia del apoyo estatal al deporte, un tema delicado en medio de las políticas de ajuste del gobierno.
El ciclista, que posee doble nacionalidad boliviana y argentina y reside en Córdoba, expresó su sorpresa por la invitación presidencial y se mostró agradecido por el reconocimiento. La escena en el balcón de la Casa Rosada, tradicionalmente reservado para momentos históricos, añadió una capa adicional de simbolismo y emoción a la jornada.
Mientras la controversia sobre Peillat sigue latente, la atención se centra en cómo figuras del deporte y la política manejan estas tensiones en un contexto de ajustes económicos y desafíos sociales.
