Cristina Fernández de Kirchner emerge nuevamente como la figura central de la oposición, apostando a una comunicación más cercana y al territorio. Las visitas a sectores populares y el protagonismo en redes buscan consolidar su liderazgo y generar empatía, mientras el contexto judicial amenaza con ponerla en el centro de la escena política.
En un contexto marcado por tensiones y expectativas judiciales, Cristina Fernández de Kirchner ha adoptado una nueva estrategia comunicacional que la posiciona de manera más cercana a su base electoral, especialmente en el conurbano bonaerense. A diferencia de las tradicionales clases magistrales o grandes actos multitudinarios, la vicepresidenta ha optado por encuentros más pequeños y descontracturados, como visitas a universidades y reuniones con cartoneros, donde destaca la interacción directa y el simbolismo del “amor profundo” del pueblo.
Pascual Calicchio analiza que esta modalidad busca no solo reafirmar su vínculo con sectores populares, sino también enviar un mensaje político claro: Cristina sigue activa y no tiene intenciones de retirarse del juego. Calicchio señala la importancia de esta puesta en escena, la cual también se ve reflejada en cómo se comunica: pequeños actos en redes que los medios amplifican, aun cuando ella no aparece directamente en espacios tradicionales.