Volver después de un año y medio de ausencia física a reencontrarnos con nuestro público, a escuchar un aplauso en vivo, poder cantarles y contarle, y traerles un poquito de esperanza después de todo este tiempo que nos ha quitado tantas cosas pero la esperanza no. Poder volver como dice Atahualpa Yupanqui a “encender luce citas en el alma de los demás”, nos llena de orgullo. Y en esta oportunidad con un elenco joven y 100% neuquino. En esta oportunidad hablamos de José Tapia, un payador de Los Chihuidos que trae la impronta de los criaderos, su sapiencia, experiencia y el sufrir de nuestros criaderos. Maxi Salas un payador que ustedes ya lo conocen que con su ángel, su carisma ya ha abierto las puertas de Neuquén, del país y países vecinos. Y Brunito Palavecino, una esperanza dentro del canto del payador, que tenemos en la provincia del Neuquén, que ha surgido de los talleres de improvisación oral que llevamos a cabo a lo largo y ancho de la provincia.
Representar a las juventudes, de poder traer este mensaje de la de la juventud tradicionalista que no es poco, que si bien no es muy visibilidad existe y trae dentro del canto del payador, honrar nuestras costumbre, nuestras tradiciones pero al mismo tiempo aggiornarse con la actualidad y traer un mensaje de igualdad de esperanza y de canto; después de esto tan terrible queremos vivido con este año medio de pandemia.
Nosotros vamos pregonando y hablándole a los chicos de los distintos flagelos que existen ya sean los de las drogas, de la violencia, o del medio ambiente. Todas esas cosas me parece que tenemos que ir mechando y tenemos la responsabilidad .la obligación y el compromiso de poder cantarle a eso; por eso creo yo que la juventud se prende en esto. No por venir de la ruralidad estamos ajenos a los temas de actualidad y de nuestra sociedad.
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