La mayoría de las víctimas son peregrinos egipcios que llegaron de forma irregular y enfrentaron temperaturas extremas de hasta 52 grados, complicando su identificación.
La tragedia que marcó el «hach» de este año en La Meca ha dejado un saldo devastador con más de 1.300 fallecidos, según informaron las autoridades sauditas. Las temperaturas extremas, que alcanzaron los 52 grados, han sido uno de los principales factores que contribuyeron a este desastre, afectando principalmente a aquellos que realizaron la peregrinación sin autorización oficial.
La mayoría de las víctimas son ciudadanos egipcios que, en su desesperación por cumplir con este importante rito religioso, se aventuraron de manera irregular, caminando largas distancias bajo el sol sin la debida protección. De los más de 1.300 fallecidos, 672 son egipcios, y la identificación de muchos de ellos ha sido complicada debido a su ingreso no autorizado a la ciudad santa. Además, Egipto reportó que 25 peregrinos están desaparecidos y otros 31, que viajaban en la misión oficial, también perecieron.
Otros países también han reportado pérdidas significativas, como Indonesia con 236 fallecidos, India con 98 y Jordania con 75, todos a causa del calor extremo. También se han confirmado más muertes en Senegal, Túnez e Irán, elevando la cifra total de víctimas. La gravedad de la situación ha llevado al primer ministro egipcio, Mostafa Madbuli, a revocar las licencias de 16 agencias de turismo que organizaron viajes al «hach» de manera irregular, exponiendo a los peregrinos a condiciones peligrosas sin la debida protección ni registro oficial.
El dolor y la desesperación se extienden entre los familiares de las víctimas mientras continúa la ardua tarea de identificación y repatriación de los cuerpos. Las autoridades sauditas han sido criticadas por su manejo de la situación, y la comunidad internacional observa con preocupación la gestión de uno de los eventos religiosos más grandes del mundo, que este año se ha teñido de tragedia.