Descubren 12 nuevos cuerpos en el «bosque de la masacre de Shakahola».
El balance de la tragedia en la secta evangélica de Kenia, conocida como la «masacre de Shakahola», ha aumentado a 403 muertos tras el descubrimiento de 12 nuevos cuerpos, según anunció la prefecta de la región costera, Rhoda Onyancha.
La mayoría de las víctimas son adeptos de la Iglesia Internacional de la Buena Nueva, liderada por el pastor autoproclamado Paul Nthenge Mackenzie, quien abogaba por ayunar hasta la muerte para «encontrarse con Jesús». Mackenzie se encuentra detenido desde el 14 de abril y enfrentará cargos, incluido «terrorismo».
Las autoridades siguen buscando fosas comunes en una amplia zona de las costas kenianas, cerca de tres meses después de que se descubrieran las primeras víctimas.
Las autopsias realizadas hasta el momento han revelado que la mayoría de las víctimas murieron de hambre después de escuchar oraciones. Algunas, incluidos niños, fueron estranguladas, golpeadas o asfixiadas, según los informes.
El ministro del Interior anunció que el bosque de Shakahola será declarado «lugar de memoria».
La masacre ha conmocionado a Kenia y ha generado críticas hacia las autoridades por no haber impedido las acciones del pastor Mackenzie, quien ya había sido detenido previamente por prédicas extremistas. A pesar de ello, había sido liberado bajo fianza en marzo después de ser acusado de la muerte por inanición de dos niños relacionados con la secta.
El caso ha reavivado el debate sobre el control de los cultos en Kenia, un país de mayoría cristiana con aproximadamente 4,000 iglesias, según cifras oficiales. El ministro del Interior ha instado a realizar reformas legales para controlar a predicadores delincuentes y ha reconocido que la masacre de Shakahola es la peor falla de seguridad en la historia del país.