En medio de una caída generalizada del empleo privado, provincias como Neuquén y Salta logran destacarse con un crecimiento sostenido, mientras otras, como Formosa, registran fuertes retrocesos.
El panorama del empleo asalariado privado en Argentina refleja una preocupante tendencia a la baja en medio de la recesión económica. En mayo de 2024, el empleo formal cayó un 1,9% a nivel nacional, lo que se traduce en la pérdida de 125.000 puestos de trabajo desde noviembre de 2023. Sin embargo, en este contexto adverso, solo cinco provincias lograron mantener o incluso aumentar sus niveles de empleo: Neuquén, Salta, Chubut, Córdoba y Jujuy.
Neuquén y Salta, en particular, mostraron un crecimiento interanual en mayo, impulsado por inversiones en sectores como el petróleo, gas y minería. Tucumán también se sumó a este grupo, aunque con un crecimiento más moderado. Por otro lado, provincias como Formosa sufrieron caídas significativas, con una disminución del 18,1% en el empleo formal, siendo la más afectada a nivel nacional.
El «Monitor de Empleo» elaborado por el economista Nadín Argañaraz destaca que, aunque algunas provincias lograron resistir la crisis, el panorama general es desalentador, con una caída promedio del 0,9% en el empleo asalariado privado registrado. Santiago del Estero, Tierra del Fuego y Formosa figuran entre las jurisdicciones con peor desempeño.
Este escenario refleja las profundas desigualdades regionales en el mercado laboral argentino, donde solo unas pocas provincias logran sortear la crisis económica gracias a sectores estratégicos, mientras que el resto del país enfrenta crecientes desafíos en la preservación del empleo.