La recuperación parcial del salario real en mayo se celebró como un logro, pero detrás de este fenómeno se esconde una creciente tasa de desempleo y el despido de trabajadores menos calificados.
El gobierno de Javier Milei anunció con entusiasmo un incremento del 4% en términos reales del salario promedio en mayo, según el INDEC. Esta cifra representa una mejora frente a la inflación del 4,2% del mismo mes, la más baja registrada bajo la actual administración. Sin embargo, este aumento del salario promedio está vinculado a una suba en la tasa de desempleo, que ascendió al 7,7% en el primer trimestre del año, afectando principalmente a trabajadores informales y de menor calificación.
Los datos muestran que los salarios en el sector privado no registrado crecieron un 11,8%, comparado con un aumento del 7,7% en el sector privado registrado y del 8,3% en el sector público. Esta disparidad se debe a despidos selectivos en sectores de trabajadores con menores salarios, lo que eleva el promedio salarial pero no refleja una mejora real en la situación laboral general. Según expertos como Mariana González, del CIFRA, y Agustín Salvia, de la UCA, esta dinámica sugiere una mejora del salario promedio a costa de una reducción de la masa salarial total y un aumento del desempleo en los sectores más vulnerables.
Este fenómeno, en el que la recuperación salarial se da simultáneamente con un aumento del desempleo, plantea un desafío significativo para el mercado laboral argentino, resaltando las complejidades detrás de las cifras económicas superficiales.