Guerra del campo: El gobierno presiona por dólares mientras los productores acumulan 13 mil millones

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El enfrentamiento entre el Gobierno de Javier Milei y el sector agroexportador se agudiza. Mientras el ministro Luis Caputo amenaza con pérdidas millonarias si los productores no venden, estos últimos retienen casi 13 mil millones de dólares, agravando la crisis de reservas.

En una escalada de tensiones, el Gobierno argentino se enfrenta a un desafío crítico con el sector agroexportador, que retiene alrededor de 13 mil millones de dólares en granos. A pesar de las presiones del ministro de Economía, Luis Caputo, y las amenazas de pérdidas millonarias para los productores que no liquiden sus cosechas, el conflicto persiste y el impacto en las reservas del Banco Central (BCRA) es considerable.

Desde la asunción de Javier Milei, Caputo ha liderado los esfuerzos para desbloquear divisas que podrían aliviar la crisis de reservas. Sin embargo, en ocho meses de gestión, la estrategia de Caputo para atraer dólares del sector agrícola ha fracasado. En una reciente conversación, Caputo logró convencer a Milei de que la apertura del cepo cambiario no será posible antes de 2026, una afirmación que contradice las promesas iniciales del Gobierno. Ambos funcionarios han coincidido en que el cepo debe mantenerse hasta al menos 2026, desafiando las expectativas de crecimiento sin restricciones cambiarias.

La reticencia de los productores a vender sus granos, a pesar de la caída de los precios internacionales, ha exacerbado la situación. En los chats internos del agro, mientras el Gobierno presiona, los productores discuten más sobre los altos costos y las retenciones que sobre las demandas del ministro. Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), actúa como mediador en un contexto donde la insatisfacción es palpable. Los productores sostienen que el Gobierno no ofrece incentivos suficientes para justificar la venta de su grano.

El rechazo a reducir las retenciones y las críticas hacia las políticas de Caputo y Milei dominan las discusiones dentro del sector agropecuario. En este escenario, el poder del campo se manifiesta en la acumulación de divisas, que no están disponibles para el mercado, limitando las opciones del Gobierno para salir de la crisis cambiaria.

La situación se complica con la caída en los precios internacionales de los granos y la falta de respuesta efectiva del Gobierno ante las demandas del sector. La inflación galopante y el costo de vida elevado han llevado a una resistencia aún mayor por parte de los productores, que buscan obtener el mejor valor posible por su producción.

En los círculos de inversión y entre los funcionarios económicos, el descontento con la gestión de Milei y su equipo es evidente. Las especulaciones sobre nuevas fuentes de financiamiento, incluso en países considerados exóticos, como Israel o naciones árabes, reflejan la desesperación por encontrar soluciones. Mientras tanto, el Gobierno sigue enfrentando un panorama económico complejo, con un cepo cambiario que limita el acceso a divisas y una creciente frustración entre los sectores clave de la economía.