“Un poco la consecuencia de tantos años de democracia donde no se puso realmente en coto a todas las agencias de inteligencia y a todos los inorgánicos que hay, es una deuda de la democracia y esto sin distinguir signos políticos; de democratizar a la comunidad de inteligencia y realmente ponerle límites a todo esto. Realmente va empeorando, cada vez se conocen más filtraciones, más escuchas; algunos son más víctimas que otros pero en general todos terminamos siendo víctimas porque hay un uso político de los datos personales de la gente. Entre ellos, en este caso un compañero de pensamiento penal tan destacado como Pablo Matkovich, que evidentemente han estado fijándose para operar sobre el concurso que él iba a tener porque coinciden los tiempos. Y después hay un espionaje indiscriminado sobre todos, a veces propios y extraños porque últimamente cada vez más la política se maneja por carpetazos y aprietes en base a información personal”, dijo Díaz.
Asimismo profundizó sobre este gran pasivo de la democracia, e indicó que, “se han dado unos pequeños pasos últimamente para democratizar esa comunidad de inteligencia. Pero yo me pregunto para qué ha servido la comunidad de inteligencia en todos estos años inclusive, ha habido dos atentados terroristas y no nos ha podido asistir una pista de lo que sucedió. Pero sí sirve para carpetazos y sirve para manejar las internas de los partidos, a los opositores.
El abogado integrante de Pensamiento Penal, recordó aquellos dichos del Presidente ALberto Fernández cuando habló de los sótanos de democracia: “Yo creo que siguen estando los sótanos de la democracia, no se han tomado realmente medidas contundentes para limpiar esos sótanos, para sacar todas las ratas de esos sótanos y así todos padecemos. Y en parte también es una responsabilidad de la sociedad que cada vez más le da más importancia a la seguridad de forma tal que empieza a ceder incluso, su información personal, su privacidad en pos de una supuesta seguridad que nunca se alcanza. Eso también tiene que ver con un clima que se genera a través de los medios, de temor porque es la mejor forma de manejar a los pueblos. Yo creo que hay una gran deficiencia en esta democracia de no poner un límite, no democratizar la comunidad de inteligencia y tampoco también de no informar o no movilizar al pueblo para que de una vez por todas se ponga un límite a ese tipo de situaciones”.
Más adelante diferenció lo que ocurre en la Justicia Federal y las provinciales, aunque concluyó que ambas deben ser reformadas desde lo profundo: “Primero, además de la generalización también hay que hacer una diferencia entre la Justicia Federal y la justicia provincial; son hábitos diferentes, tienen historias diferentes, sobre todo con todo el tema de inteligencia e intervenciones en las cuestiones privadas. Pero en general lo que te puedo decir es que la Justicia en cualquiera de sus ámbitos, necesita una reforma profunda, una democratización, un mayor acceso a la participación a la decisión en relación con la Justicia, que no se alcanza. Es un pequeño paso, por ejemplo el juicio por jurado que no está nivel Federal, pero que es un paso adelante. Pero en realidad tiene que haber algunas otras formas de participación ciudadana en la Justicia, porque lo que estamos viendo que, a través de las últimas decisiones de la Corte Suprema de Justicia, es prácticamente un gobierno de los jueces. Los jueces como un Supra poder, no como está previsto en la Constitución como un contralor, sino como un supra poder que indica quiénes puede ser candidatos, quienes no pueden ser candidatos en una elección, cuándo se hace una elección. Que revive leyes que están derogadas como lo del Consejo de la Magistratura que tiene una importancia central en la selección de magistrados. Una ley que se estaba vigente, hace más de una década, y de pronto la declaran inconstitucional y da 120 días para que se dicte una nueva ley donde hay una oposición que no permite que se haga esa nueva ley. Y entonces la Corte dice que la ley anterior vuelve a renacer de sus cenizas. Realmente eso es poder; cuando alguien quiere hablar de qué es poder es cuando vos haces algo en forma tan alevosa y sabiendo que no vas a tener ninguna consecuencia, que esa es la mayor demostración de poder y para mí es un nivel de arbitrariedad extraordinario. Ese nivel de arbitrariedad que estamos viendo muy fuerte, sobre todo en la última Corte; arbitrariedad de cambiar las reglas del juego incluso políticas creo que es una preocupación muy grande para cualquier ciudadano porque realmente desnaturaliza la democracia y la organización constitucional. Hemos llegado a vivir esto y se me ocurre pensar que es evidentemente que se necesita una reforma profunda de la Corte. Y en esto hay una responsabilidad de todo el arco político de no hacer una reforma realmente significativa, donde la ciudadanía pueda empezar a participar y eso se da tanto en el ámbito Federal, que es una situación de la gravedad que estoy señalando; pero que también necesitamos tener reformas en las Justicias provinciales para democratizar ese poder que si bien tuvo una significación quizás en el pasado diferente, en estos tiempos ya no puede seguir siendo ese modelo aristocrático. Hay que cesar con ese modelo aristocrático, hay que acercar la Justicia a la gente y que la gente también decida sobre cuestiones de la Justicia”.
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