El intento de golpe contra el presidente Bazoum se desarrolla en un contexto de creciente violencia yihadista en el país y la región del Sahel.

Níger enfrenta un grave intento de golpe de Estado mientras lucha con la expansión de grupos yihadistas en el Sahel. Los golpistas, pertenecientes a la Guardia Presidencial, tomaron control del Palacio Presidencial en Niamey, reteniendo al presidente Bazoum en su interior. Mientras tanto, fuerzas del Ejército rodean la zona, en medio de preocupaciones sobre una posible intervención en la sede presidencial.

El intento de golpe ocurre en un momento crítico debido al ascenso del terrorismo en Níger, especialmente en las regiones cercanas a Mali y Burkina Faso, donde operan grupos afiliados a Al Qaeda y al Estado Islámico (EI). La crisis de seguridad ha causado decenas de miles de desplazados internos y ha dejado un alto número de víctimas civiles y militares.

Las regiones de Tillabéri, Diffa y Tahoua son particularmente afectadas por los ataques terroristas, mientras que los grupos extremistas también operan en otras áreas, incluidas localidades cercanas a la capital Niamey.

La inestabilidad en Níger tiene implicaciones más amplias para la región del Sahel y puede afectar negativamente la estabilidad en países vecinos. La pérdida de aliados occidentales, como Malí y Burkina Faso, debido a golpes de Estado previos, ha llevado a la región a un contexto de mayor complejidad geopolítica.

Mientras países occidentales, incluyendo Francia, buscan contrarrestar la propagación del terrorismo en el Sahel, Níger ha mantenido relaciones con Francia, mientras que otras naciones vecinas se han acercado a Rusia en busca de apoyo. La situación actual en Níger plantea desafíos significativos para la seguridad regional y la estabilidad geopolítica en el Sahel.