El Gobierno argentino revela que la eliminación del cepo cambiario es solo un paso inicial hacia la dolarización completa de la economía. El FMI será clave para acumular las reservas necesarias.
El presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo, han reiterado esta semana que la dolarización de la economía argentina es el objetivo final del plan de emergencia iniciado el 10 de diciembre. Durante el Congreso Anual del IAEF, ambos explicaron detalladamente su hoja de ruta, que incluye la acumulación de reservas y la competencia de monedas como pasos intermedios hacia la dolarización.
La administración Milei no considera la salida del cepo cambiario como un fin en sí mismo, sino como un paso hacia la dolarización. Los pasos incluyen la acumulación de unos 10.000 millones de dólares en reservas netas, la eliminación del cepo cambiario, la competencia de monedas, la prohibición de la emisión monetaria, una reforma del sistema financiero y, finalmente, una dolarización endógena.
El modelo que inspira a la administración de Milei es similar al de Ecuador, donde se eliminó la moneda local y se adoptó el dólar. Sin embargo, en Argentina, este proceso sería gradual y voluntario, impulsado por decisiones gubernamentales claras y directas.
Caputo aseguró que la dolarización es la meta, y Milei explicó que toda la economía comenzará a transaccionar en dólares, incluso permitiendo el pago de impuestos en dicha moneda. Este enfoque busca evitar la emisión de pesos y fomentar el uso de dólares en circulación.
La competencia de monedas, apoyada por el FMI en su último comunicado, es vista como un paso hacia la dolarización. Sin embargo, a diferencia de países como Perú y Uruguay, donde las monedas locales han ganado estabilidad, Milei no pretende fortalecer el peso sino avanzar hacia su desaparición en favor de monedas más fuertes.
La semana financiera turbulenta mostró la necesidad de avances concretos para salir del cepo cambiario. Caputo reconoció que «no hay plazos» definidos y que la salida del cepo dependerá de la asistencia del FMI, la cual aún no está garantizada. La acumulación de reservas es esencial, y la posibilidad de obtener apoyo del FMI o a través de un blanqueo fiscal sigue siendo incierta.
A pesar de los desafíos, la inflación muestra una tendencia a la baja, lo que permite al Gobierno manejar la situación con cierto margen. Las proyecciones para mayo indican una inflación por debajo del 5%, lo que podría contribuir a una recuperación gradual del consumo y los salarios.
El camino hacia la dolarización es complejo y lleno de incertidumbres, pero la administración de Milei mantiene su objetivo claro, dependiendo de factores externos como el apoyo del FMI y la estabilidad de las reservas.