La Plaza de Mayo se convirtió en el epicentro de una jornada cargada de significado y emoción, con una multitud que desbordó sus límites en una celebración festiva y conmovedora por el Día Nacional de la Memoria.

El 24 de marzo fue testigo de una enorme movilización en la Plaza de Mayo, donde una marea de personas se congregó para conmemorar el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Desde temprano, miles de manifestantes llegaron al lugar, uniéndose a diversas organizaciones gremiales, sociales y barriales. Familias enteras, jubilados, niños con carteles coloridos y hasta las emblemáticas «Madres de Plaza de Mayo» se hicieron presentes.

La marcha se caracterizó por su diversidad y creatividad, con una profusión de carteles con consignas como «Son 30 mil y están presentes», «Memoria siempre» y «Ni Milei ni nadie va a borrar lo que somos». La presencia de la CGT en la Plaza, en un hecho histórico, agregó un nuevo matiz a la convocatoria.

Sin embargo, el día estuvo marcado por la ausencia de cobertura de los medios públicos, lo que generó críticas y denuncias de censura. A pesar de esto, los trabajadores de los medios públicos realizaron coberturas especiales por redes sociales y radios abiertas.

La jornada también fue acompañada por la «Ronda de las Ollas Vacías», un símbolo de la crisis económica y social que atraviesa el país. Organizaciones como UTEP y Barrios de Pie llevaron adelante esta intervención, denunciando el aumento del hambre y la pobreza.

A pesar de los desafíos, la Plaza de Mayo se convirtió en un espacio de encuentro y resistencia, donde la memoria y la lucha por la justicia se manifestaron en cada rincón. La presencia de marionetas gigantes, tambores, juegos para niños y actividades culturales añadieron un toque festivo a la jornada.

El 24 de marzo fue una fecha histórica en Plaza de Mayo, donde la memoria y la lucha por los derechos humanos se renovaron con fuerza y ​​compromiso en medio de una multitudinaria convocatoria.