La siembra de 60.000 huevos marca el inicio de un proyecto para producir entre 10 y 12 toneladas de trucha, con planes de expansión futura en el paraje Bella Vista.
El norte neuquino recibe un nuevo impulso en la producción de truchas con la reciente siembra de 60.000 huevos en el complejo de piscicultura ubicado en el paraje Bella Vista. Este proyecto tiene como objetivo inicial producir entre 10 y 12 toneladas de trucha, con la ambición de ampliar esta capacidad en el futuro cercano.
El gobernador Rolando Figueroa subrayó la importancia de este emprendimiento: “Reflotar las ideas pioneras para desarrollar esta región es fundamental. La producción en las Piedras Meonas, un lugar ideal para la trucha de cordillera, nos permitirá generar un producto de calidad que beneficiará a toda nuestra región”, destacó.
Figueroa también destacó el impacto positivo del proyecto en términos de cambio de paradigma económico: “Pasar de una situación de inactividad a producir truchas no solo genera beneficios económicos, sino que también añade valor al turismo y la gastronomía local, áreas que están intrínsecamente vinculadas con nuestra producción”.
El intendente de Huinganco, Luis Sepúlveda, recordó que la planta había estado abandonada antes de que su gestión tomara la decisión de concesionarla, en colaboración con el Concejo Deliberante. Sepúlveda destacó el enfoque público-privado del proyecto: “La idea es fomentar el trabajo con emprendimientos privados, mientras el Estado ofrece su apoyo”.
El proyecto es una colaboración entre la municipalidad de Huinganco y un productor privado, y se desarrollará en la zona conocida como “Piedras Meonas”. El emprendimiento aprovechará un manantial natural para la producción de trucha, con el objetivo de ofrecer un producto patagónico genuino de alta calidad para el turismo local.
Luis Brea, responsable del emprendimiento, estimó que la primera siembra permitirá producir entre 10 y 12 toneladas de trucha. A futuro, se planea expandir la capacidad de producción a 20 toneladas. Esta iniciativa se diferencia de grandes productores, como los de Alicura y Piedra del Águila, que manejan volúmenes mucho mayores, y se centrará en abastecer la zona local y potencialmente otras áreas de la provincia.
El proyecto contempla la producción de trucha fresca y, eventualmente, trucha ahumada, recuperando una tradición local. Además, se explorará la posibilidad de involucrar a pequeños productores mediante un sistema de fasón similar al utilizado en la industria avícola.
Para asegurar la frescura del producto desde la crianza hasta la distribución, se instalará una planta modular de procesamiento in situ. Esta iniciativa no solo promete revitalizar la economía local, sino también ofrecer a los visitantes una auténtica experiencia gastronómica patagónica.