A contramano de la estabilidad de precios en otras regiones, Neuquén enfrenta un incremento histórico en el costo del asado, impulsado por factores locales y el atraso cambiario.
En un giro inesperado para los consumidores de Neuquén y el Alto Valle de Río Negro, el precio del asado ha alcanzado niveles récord, desmarcándose notablemente de las tendencias nacionales. Según datos recientes, el kilo de asado cerró agosto a un costo promedio de 11.990 pesos, marcando un incremento del 9% respecto al mes anterior y del 24% en los últimos dos meses.
Este fenómeno local contrasta con la estabilidad observada en otras partes del país, incluyendo la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, donde los precios han mantenido una línea más consistente. Este desacoplamiento de precios se atribuye en parte al atraso cambiario que sufre la economía argentina, exacerbando las diferencias regionales en los costos de vida.
El análisis realizado por expertos sugiere que la inflación en Neuquén no solo se ve impulsada por dinámicas nacionales, sino también por condiciones locales específicas. «La principal razón detrás de estos aumentos es la escasa oferta de ganado en la región, sumada a incrementos en los costos de producción, que incluyen desde el alimento para el ganado hasta los salarios y la energía», explica Leonardo Claps, analista económico del INTA EEA Bariloche.
Claps también señaló las diferencias estructurales en la producción ganadera entre la Patagonia y zonas más adaptadas como la Provincia de Buenos Aires, donde los costos y la productividad varían significativamente. Además, restricciones sanitarias impiden el traslado de ganado hacia el sur del río Colorado, limitando aún más la oferta en la región.
A pesar de la fuerte subida de precios, Claps advierte que el mercado está probando la capacidad de pago del consumidor local. «Si la demanda no soporta estos precios, podríamos empezar a ver ofertas o una reducción en los precios actuales», agregó el especialista, quien también mencionó que la pérdida de productividad del año pasado ha contribuido a esta situación, cuyos efectos aún resienten los consumidores.
Por otro lado, la hacienda ha visto un aumento del 30% en su valor en los últimos dos meses, brindando cierto alivio a los productores ganaderos que enfrentaron un cierre difícil en 2023 y un comienzo de año desafiante.
En resumen, mientras Neuquén y el Alto Valle de Río Negro experimentan una subida sin precedentes en los precios del asado, los factores detrás de este fenómeno son complejos y variados, incluyendo tanto dinámicas de mercado internas como impactos derivados de políticas económicas nacionales. A medida que los precios continúan ajustándose, tanto productores como consumidores permanecen atentos a las fluctuaciones del mercado que definen el acceso a uno de los platos más tradicionales de la región.